
Dado que suelo sugestionarme estúpidamente y a la velocidad de la luz con tramas (sutiles o desvergonzadas) de terror o del diablo (mi mente no necesita mucho para potenciar sus ya de por sí sangrientos sueños), durante muchos años le he sacado la vuelta a películas como Rosemary's baby que, sí, búrlense, ayer vi por primera vez, en un arranque de quesque-machez. Por fortuna me mantuvo con los ojos abiertísimos de la tensión (suelo quedarme dormida con lo que sea), pero no me hizo malsoñar. Fiu. Y el final me pareció, de tan bueno, horroroso. Si es que eso hace algún sentido. Ahora supongo que dado este primer paso, quizás ya pueda volver a ver The Shining (creo que ver ésta e It en mi tierna infancia me dejaron siscadita).
No hay comentarios:
Publicar un comentario